Durante esta crisis todos hemos estado aprendiendo en forma acelerada y bajo mucha presión. Para muchos profesionales menores de 40 años, esta ha sido la primera vez que se han visto enfrentados a condiciones de tanta incertidumbre, y para los Directorios se ha generado una oportunidad única de establecer cambios permanentes que permitan proyectar de mejor forma el futuro de sus compañías.
En muy poco tiempo las empresas se han visto enfrentadas a la necesidad imperiosa de adaptarse a las condiciones que nos ha impuesto la Pandemia de covid-19, incorporando nuevas prácticas, modificando procesos y generando una nueva mirada sobre la forma de hacer las cosas.
«Aún tenemos que hacernos cargo de la contingencia y todo sigue siendo difícil, pero como directores no podemos desperdiciar esta oportunidad de aprender, mejorar, y dejar instaladas las capacidades que permitan proyectarnos al futuro» – Pablo Jorquera
Sin embargo, los seres humanos buscamos seguridad, y no sería raro que, «al volver a la normalidad» algunos tiendan a olvidar parte de lo aprendido y traten de volver a una operación similar, o incluso igual, a la que tenían previo a esta crisis.
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¿Qué hemos aprendido durante este período? es una pregunta que nos debe obligar a evaluar lo que hemos hecho hasta ahora: ¿qué cambios vamos a mantener de forma permanente?, ¿qué procesos vamos a eliminar definitivamente? y ¿qué coordinaciones debemos poner en el centro de la gestión para recuperar en el menor tiempo posible nuestros niveles de operación y resultados?. Todas estas son preguntas cruciales para el futuro.
El mundo cambió. Nos vimos obligados a innovar e incorporar tecnologías y formas de gestión que no teníamos en nuestra hoja de ruta, y es necesario definir qué haremos con ellas en adelante: ¿seguiremos desarrollando la atención remota?, ¿continuaremos con la modalidad de trabajo virtual?, ¿debemos mejorar aún más nuestros canales de comunicación?, ¿hemos sido capaces de construir una mejor relación con nuestros clientes?, ¿nuestros equipos de trabajo han desarrollado una mayor confianza entre sus miembros?, ¿tenemos la cultura correcta para enfrentar los cambios?
Sí, aún tenemos que hacernos cargo de la contingencia y todo sigue siendo difícil, pero como directores no podemos desperdiciar esta oportunidad de aprender, mejorar, y dejar instaladas las capacidades que permitan proyectarnos al futuro.
Como dice la canción “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…”. El punto es no olvidar, capitalizar lo que hemos aprendido, y estar mejor preparados para la próxima. No es que quiera que venga otra crisis, pero sería extremadamente ingenuo pensar que ésta será la última que tengamos que enfrentar.
Pablo Jorquera
Director Educational Travel Group
Alumni IdDC