No es fácil abordar un tema tan amplio como el desarrollo sostenible. Aparte de ser una problemática sobre la que se ha escrito mucho, se hace compleja por el gran número de variables que considera, la discusión que genera y los conflictos que provoca que, muchas veces, nos hacen caer en la tentación de optar por el camino más corto. Pero es precisamente por su gran impacto, que se hace un tema ineludible y más aún cuando nos percatamos del gran significado que encierra en estos días, a la luz de las crisis del estallido social y pandemia, que nos han golpeado duramente el último año. Estas han puesto en evidencia, con gran crudeza, que ya no es posible dar vuelta la cara frente a los grandes desafíos que tenemos pendientes, en términos de inequidad, desigualdad y precariedad. No bastan solo las cifras económicas que nos mostraban a un país líder, en términos de crecimiento, en América Latina.
Crecimiento sostenible
El crecimiento sostenible hace referencia al manejo racional y consciente de los recursos naturales, con el objetivo de preservarlos para beneficio propio y de las generaciones futuras. Pero en el trasfondo de esta definición, aunque a primera vista incluye una clara preocupación por el medio ambiente, no se trata sólo de temas ambientales, sino que de una visión mucho más extensa.
De lo anterior se desprende que hay muchas otras variables relevantes de considerar, como son las empresas, el sector público y la sociedad civil. Todos estos sectores deben actuar bajo condiciones de estabilidad social, donde se involucre a todos los actores de la sociedad y en un contexto en el que el manejo y cuidado de los recursos naturales, debe ser una condición indispensable de equilibrio y mantenimiento de condiciones dignas para todos.
LEE TAMBIÉN | «La ciberseguridad (CS) como responsabilidad del Directorio» por Mario Farren
Lo que se nos viene por delante
Este desafío nos obliga a actuar colaborativamente, con acciones concretas en distintas áreas, en los que las deudas sociales nos exigen mucho más que declaraciones para quedar bien. Especial rol nos cabe a aquellos que estamos involucrados en el sector privado y en la toma de decisiones: Directores, gerentes y empresarios. En donde los gobiernos corporativos robustos y con visión de futuro son un componente fundamental para generar un proceso constructivo y de buenas prácticas.
Se hace necesaria una contribución coordinada de las empresas hacia un crecimiento sostenible, que demuestre una cultura de responsabilidad social corporativa, a todo nivel. Con proyectos que consideren la participación y la voz de todos los actores de la sociedad, donde la diversidad, específicamente la equidad de género se entienda como una prioridad estratégica. Hoy más que nunca, para hacernos cargo de más de un millón de mujeres que han perdido sus empleos por el impacto de la pandemia, lo que es un retroceso de 10 años en el difícil avance de su inserción laboral.
En definitiva, la reactivación económica y todos los desafíos que esta conlleva deben ser abordados no sólo con urgencia, sino que en forma sistémica e integral y que ponga por sobre todo como prioridad el bienestar y la dignidad de todos los chilenos. La verdadera reactivación económica ocurrirá sólo si nos aseguramos que sea sostenible.
Myriam Gómez
Miembro del Directorio de la empresa Reale Chile Seguros Generales S.A y
de la empresa familiar Sociedad Inostroza Gómez Ltda.
Alumni IdDC