El 2023 sin duda fue una montaña rusa para los gobiernos corporativos en Chile, marcados por diversos episodios que han resaltado la importancia de una gobernanza sólida y eficaz, en un contexto empresarial que evoluciona día a día. En conversación con el Instituto de Directores de Chile, Agathe Porte y Claudio Muñoz, ambos miembros del Directorio del IdDC, se refieren a las principales lecciones que nos dejó el 2023 y los desafíos que se vienen para este 2024.
Para Claudio Muñoz, Chile ha mejorado el funcionamiento del gobierno corporativo de las empresas, ya que hoy se entiende de mejor forma el rol del Directorio y la diferencia entre quién administra y quien supervisa el desarrollo de una empresa. “En la práctica, hemos madurado en el funcionamiento de los directorios y estamos avanzando en la complementariedad entre directores y gerentes. El avance que observo debe continuar y por supuesto que tenemos desafíos, pero también oportunidades de desarrollo y aprendizaje, entre quienes desempeñamos el rol de directores de empresa”, explica Claudio.
En esa línea, Agathe Porte también considera que la evolución ha sido positiva. “A la preocupación propia de las empresas por tener un mejor gobierno corporativo, se ha sumado el importante trabajo que ha realizado en especial la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). En este sentido, la NCG N° 461 que promulgó a fines de 2021 ha incentivado a las empresas a comprometerse con temas sociales, ambientales y de gobernanza, con principios muy similares a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE”.
Sin embargo, para Agathe todavía “existe una brecha importante entre las empresas grandes, las medianas y chicas en materias de gobierno corporativo y creo que se requiere evangelizar hacia las empresas de menor tamaño”.
¿Cuáles son las principales lecciones que nos dejó el 2023 en materia de gobierno corporativo?
Tanto Agathe como Claudio coinciden en que el 2023 nos enseñó que es necesario fortalecer el funcionamiento en aspecto de ética y conflicto de interés. “Es una lástima que las prácticas dudosas de unas muy pocas ensucien la seriedad y transparencia con la que la mayoría de las empresas actúan”, asegura Agathe. Asmismo, Claudio sostiene que “no basta con tener códigos de ética en la empresa, debemos continuar fortaleciendo los procedimientos frente a situaciones específicas y el control en estos ámbitos”.
Por otro lado, Claudio asegura que el 2023 “nos confirmó que es fundamental disponer de un directorio diverso y que cuente con distintas habilidades en la mesa directiva. Cuando el entorno es más complejo y el negocio se hace difícil, distintas miradas desde el directorio ayudan a enfrentar los desafíos y a aprovechar las oportunidades”.
Por su parte, Agathe sostiene que “es insuficiente tener un gobierno corporativo de clase mundial con sólidos procedimientos, políticas y controles si, en la práctica, los colaboradores no las conocen o no las aplican. Los directores tenemos que no solo mostrar el ejemplo, sino que ayudar a traspasar los valores de la empresa hacia adentro de la organización”. Además, agrega que el 2023 “nos enseñó que el momento bisagra para abrazar temas ambientales, sociales y digitales ya está atrás. Ahora corresponde avanzar en estos temas con muchísima más velocidad y agilidad”.
¿Cuáles son los desafíos más importantes que enfrentarán los directorios este 2024?
Para Claudio, el principal desafío es saber avanzar en un entorno volátil y poco predecible. “El directorio debe aportar una mirada más amplia y reforzar la necesidad de transformación y adaptabilidad del negocio; debe ser real y efectiva la estrategia para enfrentar, por ejemplo, la Revolución Tecnológica Digital y el Cambio Climático, claros elementos sobre los cuales el directorio debe exigir respuestas concretas y estrategias bien definidas”, explica.
En tanto, para Agathe el principal desafío es la innovación y la adopción de nuevas tecnologías, en especial la IA. “Las empresas están involucradas en una verdadera revolución y la que no abraza estas nuevas tecnologías con mucha fuerza y velocidad, pone seriamente en peligro la competitividad y, por ende, la prosperidad de la empresa. Al ser una de las herramientas estratégicas con mayor potencial para la empresa, el directorio tiene por lo tanto un rol preponderante tanto en la definición de sus áreas de desarrollo, los recursos destinados, la gobernanza de uso, la reconversión de la fuerza laboral y la gestión de talentos. Nada urge más que eso”, dice Agathe.
Otro desafío según Claudio es “hacer real todo lo que se ha llamado ESG, que a veces pareciera ser un concepto demasiado amplio y con poco contenido específico. Llegó el momento, o quizás se nos terminó el tiempo de las generalidades y la mesa directiva debe no solo disponer de una estrategia concreta, debe compartirla y se debe involucrar de manera activa en su desarrollo y ejecución”. Sobre este punto, Agathe agrega que “el desafío que tiene la empresa es no solo cumplirlos sino que sacarles el mayor provecho para crear valor para el negocio”.
¿Dónde hacer foco?
Además de lo expresado anteriormente, Agathe enfatiza en que el directorio debe poner un foco especial en las personas y consecuentemente en la responsabilidad de tratar de minimizar en 2024 el impacto de la contracción económica y de la revolución digital sobre el mercado laboral. “Como parte de nuestra responsabilidad social tendremos que tener un especial cuidado en reconvertir nuestra fuerza laboral, prepararla y capacitarla para el uso de las tecnologías y en particular de la IA de manera que los inconmensurables beneficios de esta tecnología se compartan más equitativamente”, explica.
¿Cuáles son las principales características que debiera tener un director hoy para enfrentarse a las exigencias que el mercado demanda?
Para Claudio lo primero es “entender que todos debemos aprender y desarrollar nuestras habilidades, debemos abrirnos al aprendizaje pues las tasas de cambio de todo lo que nos rodea es alta y debemos estar permanentemente aprendiendo y captando experiencia. Un buen ejemplo es la discusión sobre Inteligencia Artificial, no basta el concepto general, el director debe conocer sus fundamentos y los efectos que tal desarrollo tecnológico tendrá en su modelo de negocios”.
Además, Claudio enfatiza en que “el director debe ser un jugador en equipo, no sirven los individualismos, necesitamos más cooperación, más capacidad de discusión y acuerdo, debemos desarrollar la habilidad de ser cómplices del desarrollo del negocio. En ese sentido cobra especial importancia el rol del director que actúa de presidente, pues debe ser capaz de sumar habilidades y hacerlas trabajar en equipo”.
Por su parte, Agathe sostiene que “como director, tenemos el deber intrínseco de agregar valor a la organización y, para ello, tenemos que saber desafiar el estatus quo, cuestionar supuestos y tomar riesgos calculados. Respecto a las características personales creo que hay que saber escuchar, hacer preguntas, colaborar, ser abierto de mente, comprometido y colaborativo”.
Además, Agathe subraya que “hay que estar preparado (capacitado) porque, ser director, no se improvisa y hay que actualizarse permanentemente porque lo que funcionaba ayer, ya no funciona y muchos conocimientos de antaño son obsoletos”.
¿Qué recomendaciones le haría a los directores y gerentes de primera línea para este 2024?
Finalmente, Claudio recomienda ampliar la mirada y entender que las empresas juegan un rol determinante en el desarrollo de la sociedad. “En momentos de país donde la política no alcanza para resolver los problemas reales de las personas, la empresa debe ampliar su mirada y jugar un rol que vaya más allá del simple logro de sus objetivos. La articulación de esta forma de actuar empresarial debe ser tema central en la discusión y acuerdo del directorio y el equipo de administración, los gerentes, deben ser capaces de demostrar lo que sabemos hacer bien las empresas, transformarnos y reinventarnos, una vez más”.
Agathe en tanto, hace un llamado a “dedicar tiempo no solo a trabajar, sino que a capacitarse y actualizarse, porque estamos en una época de innovaciones y de cambios acelerados, un verdadero TGV y no podemos correr el riesgo de quedarnos en el andén”.