La discusión sobre la diversidad de género en los directorios de empresas chilenas sigue siendo un tema candente, así lo evidencia las innumerables publicaciones en redes sociales, opiniones, debates y reflexiones que hemos visto en el contexto del 8M. Sin embargo, es lamentable observar que los avances tangibles en esta materia han sido escasos.
Desde el Instituto de Directores de Chile llevamos más de cuatro años poniendo el tema sobre la mesa, creemos que la promoción de la diversidad es esencial no solo como un principio ético, sino también como una estrategia empresarial inteligente para fomentar la innovación y la toma de decisiones más equilibrada.
La pregunta clave es: ¿por qué persiste la resistencia al cambio? La brecha de género en los directorios no solo refleja desigualdades sistémicas arraigadas, sino también una falta de voluntad para desafiar las normas establecidas. La diversidad de pensamiento y experiencia que aporta la participación femenina es invaluable, y es hora de reconocerlo plenamente.
Las cifras actuales son preocupantes: todavía el 40,8% de las empresas que reportan a la CMF no cuentan con mujeres en su directorio. Para avanzar, se requiere una transformación cultural que vaya más allá de simples compromisos verbales. La legislación puede actuar como un catalizador, estableciendo estándares claros y sanciones por incumplimiento. Esto enviaría un mensaje claro: la diversidad de género no es una opción, sino una necesidad para el progreso y la prosperidad.
Algunos podrían argumentar que la regulación podría generar resistencia, pero el estancamiento actual indica que la autorregulación no ha sido suficiente para superar las barreras existentes. Es hora de asumir un enfoque más proactivo y vinculante para alcanzar una representación equitativa en los directorios.
La diversidad de género en los directorios es una piedra angular para un liderazgo empresarial sólido y sostenible. La falta de avances significativos señala la necesidad urgente de pasar de las palabras a la acción, considerando la regulación legislativa como un medio indispensable para lograr un cambio tangible y duradero.
Para finalizar y de cara al período de juntas de accionistas, hago un llamado a tomar medidas concretas para incorporar más mujeres en los directorios. Es hora de actuar con determinación y compromiso para construir un futuro empresarial más inclusivo y equitativo.