Marcello Marchese
Presidente del nuevo Consejo Asesor de Finning Sudamérica y alumni IdDC.
Si nos remontamos a 10 años atrás aproximadamente, las empresas tradicionales regulaban el trabajo a través del mecanismo del mando y control y luego controlaban el cumplimiento, ya que existía un entorno que era más predecible y controlable con un crecimiento económico sostenido en el tiempo.
Sin embargo, hoy las empresas se enfrentan a desafíos en los cuales es cada día más difícil predecir y controlar este entorno. Requieren ser mucho más ágiles, creativas y flexibles a la hora de responder. Muchos de estos desafíos son nuevos, como la pandemia actual, que ha provocado una crisis -que es un momento de la verdad- y que está dejando al descubierto de qué estamos hechos.
No sabíamos en un principio qué había que hacer y cómo controlarlo ya que la experiencia no cuenta porque es una situación inédita que requiere afrontar nuevos desafíos. De a poco y mediante el uso de la inteligencia colectiva, no individual, y de la colaboración, se ha ido entendiendo su origen, implicancias, mitigaciones y próximamente quizás su solución.
Diversidad e Inclusión como pieza clave
Muchas empresas se han visto expuestas al mismo desafío teniendo que adaptar o cambiar inclusive su modelo de negocios que las hizo exitosas durante mucho tiempo. Para esto ha sido clave pensar fuera de la caja, innovar, aprender a trabajar y colaborar en formas que implican cambios, adaptarse y ser resilientes. Es aquí donde la diversidad y la inclusión toman más relevancia que nunca ya que las ideas las tienen las personas, no las empresas.
Está demostrado que una empresa más diversa e inclusiva tiene una mayor capacidad de innovación. En un entorno más diverso e inclusivo, se saca lo mejor de cada uno y se potencian los talentos individuales lográndose así un todo diverso más fuerte, exitosos y potente. Al referirnos a Inclusión, no solo nos referimos a aquellos que puedan tener capacidades o limitaciones diferentes, sino que también a aquellos que no piensan como uno o que no son iguales a uno pero que comparten los valores de la empresa.
LEE TAMBIÉN |«El cambio climático y su importancia para los directorios de empresas chilenas más verdes» por Mauricio Leiva
Hacia un futuro más diverso e inclusivo
Todos tenemos derecho a pensar distinto, a tener ideas propias, a compartirlas, a crear, y si ellas contribuyen a cumplir el objetivo planteado son bienvenidas. La esencia de la innovación está en el portafolio de opciones que se generen (con una base más diversa e inclusiva) y que cuenten con el espacio para que se potencien. Si todos somos iguales o pensamos iguales va a ser muy difícil llegar a algo distinto.
El rol del directorio, y particularmente del comité de recursos humanos en donde exista, será fundamental para asegurar que la empresa cuente con esta base de talento diversa e inclusiva, para lo cual hay que enfocarse en qué tipo de talento se atrae y se recluta, a quiénes se desarrolla y promueve y finalmente qué mecanismos de retención de talento existen.
Las empresas para seguir siendo exitosas deberán ser capaces de asumir formas diversas y muchas veces distintas al tipo que caracteriza a la empresa tradicional, ligando sus estructuras al tipo de desafío que enfrentarán, articuladas horizontalmente en redes con gran flexibilidad y capacidad para cambiar de forma. Con mayor movilidad horizontal entre sus distintos empleados que pasarán de una tarea a otra o de un tipo de responsabilidad a otra distinta lo cual requerirá de una base de talento mucho más diversa e inclusiva.
Como decía Albert Einstein “Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”. Nadie lo sabe todo en este mundo y la diversidad e inclusión son fundamentales para cerrar esta brecha.