¿Qué es, qué implica y cómo desarrollar la capacidad de integración en ambientes colaborativos? La capacidad de integración es una competencia de la inteligencia interpersonal que permite a la persona establecer con facilidad vínculos de socialización transversales entre personas diversas.
Las personas con alta capacidad de integración se caracterizan por tender fácilmente «puentes» de comunicación, procurando que todos se sientan cómodos en un entorno de diálogo y entendimiento, por lo que esta competencia también es muy valorada para procesos de mentoring con la metodología PAG (Peer Advisory Group), entre otras.
El PAG, es un método para realizar mentoring que asegura la capitalización de aprendizaje de manera colaborativa, adquisición de mayor experiencia en la materia a trabajar, una estructura de pasos que organiza experiencia, responsabilidad en cuanto al compromiso de pertenencia a dicho proceso, sumado a la oportunidad de dar y recibir experiencias valiosas.
La competencia de “integración”, por consiguiente, está estrechamente relacionada con la capacidad de escuchar, la empatía, la comunicación efectiva, la adaptabilidad, hacer preguntas movilizadoras y la capacidad de concretar y llevar a la acción.
Actualmente es una de las competencias más demandadas para liderar en entornos complejos, ya que permite no sólo respetar y asimilar las diferencias, sino que aprovecharlas para crear sinergias entre los miembros del equipo que enriquezcan de manera creativa el abordaje de proyectos.
Los ejecutivos con una alta capacidad de integración fomentan ambientes de trabajo basados en la confianza e implicación de los equipos, dando voz y haciendo partícipes a todos los miembros, favoreciendo el pensamiento crítico, la profundización y el cuestionamiento continuo de ideas.
La integración sinérgica reflexiva del equipo es una posibilidad de enriquecer los proyectos y generar bienestar en el ecosistema laboral.
¿Cómo ir entrenando la capacidad de integración?
Para entrenar la capacidad de integración, se debe comprender en primer lugar, que todas las personas actuamos -consciente o inconscientemente- a través de «sesgos» y formas subjetivas de interpretar la realidad.
El primer paso entonces es «tomar conciencia» de mis propios sesgos, tal como comenta Mercè Brey en su libro «Alfas y Omegas». Todos estamos constantemente procesando la información en la toma de decisiones de dos maneras: Por un lado, lo hacemos de una forma analítica, racional y más lenta. Por otro, a través de un mecanismo ágil, rápido e impulsivo, dónde aparecen normalmente nuestros sesgos inconscientes.
Ese último proceso más reactivo está ligado en gran medida a nuestras experiencias pasadas, aprendizajes, creencias, cultura, redes sociales, medios de comunicación y un sin número de variables que son “transparentes” para nuestro consciente. De hecho, el 95% de nuestras decisiones diarias son reactivas, aunque se piense lo contrario.
Asumir que los sesgos son determinantes en nuestra escucha y en la toma de decisiones, es crucial para un buen liderazgo y así poder identificar nuestra brecha, “tomar conciencia” y accionar efectivamente en la consecución de nuestros objetivos, favoreciendo la cohesión y el compromiso del equipo con el propósito del proyecto.
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Para entrenar a su vez, la capacidad de integración en los equipos es importante dar voz y confianza a todas las personas, incluso a las minorías, ya que los sesgos podrían estar relacionados con la edad, el género, carácter, estilo, cultura, profesión, etc.
Reflexionar, como líder y como miembro de un equipo, respecto de la capacidad de escuchar todas las opiniones, de crear espacios seguros en donde se puedan garantizar la escucha y la apertura para expresar abiertamente todas las miradas.
En las reuniones, por ejemplo, ¿cómo estás creando el tiempo, el espacio y fomentando la confianza para que todos opinen? ¿Cómo estás incentivando diferentes instancias para que todos se expresen?
En muchas ocasiones, tienden a participar los extrovertidos, entonces ¿cómo estás sintonizando tu escucha también con las personas más introvertidas o reflexivas del equipo para darte a entender de manera trasversal sin generar distorsiones o malentendidos?
Seguridad emocional: Como líder es necesario estar muy consciente de la importancia de diseñar y desarrollar con el equipo espacios contenidos para poder canalizar estas necesidades de manera generativa, asegurando a todos los miembros “seguridad emocional” y confianza para que se sientan cómodos y abiertos al expresar y opinar sobre sus ideas, puntos de vista, inquietudes, conflictos y oportunidades.
Aprender a dar y recibir feedback, reconocer el talento, incentivar las buenas prácticas, diseñar conversaciones generativas y gestionar los conflictos. Todas estas habilidades más la Integración son claves para el liderazgo en ambientes colaborativos de alto desempeño.
Director Eurocorp