Hoy en día los directorios tienen el desafío de alinear una estrategia corporativa con el propósito, no sólo de la compañía, sino también de los distintos stakeholders. Esto quiere decir que las mesas directivas, en su conjunto, tendrán que apoyar a las organizaciones y a sus ejecutivos a impulsar la creación de valor de largo plazo, anclando a los stakeholders en el centro de la compañía.
Asimismo, las empresas deberán fortalecer su gobernanza en torno a los compromisos a los que se adhieren los distintos stakeholders, lo que permitirá cumplir con sus expectativas y hacerlos comprender que intensión de la compañía va de la mano con las necesidades del lugar en el que se mueve.
Sin embargo, esto todavía es ajeno en Chile. Si bien la pandemia y las crisis sociales provocaron un movimiento en la agenda de los directorios, que les permitió incorporar por primera vez un enfoque vinculado a garantizar el propósito de la compañía colocando más acento en las personas, todavía el centro de la agenda sigue siendo la continuidad operacional, los temas financieros y no un esfuerzo por comprender quienes son realmente los stakeholders que están hoy en día en mi compañía, ni cuáles son sus necesidades y ni cómo priorizar sus expectativas.
La respuesta social colectiva hacia la pandemia y las crisis sociales en conjunto, desplazaron los riesgos de los accionistas a otros stakeholders y los directorios no pueden estar ajenos a ese desplazamiento que existe hoy en el mercado. Ya no solamente nos debemos a los accionistas, sino a todos los stakeholders, quienes en la medida que se dañan las confianzas, amenazan con deteriorar al mundo empresarial y su licencia para operar.
Todavía se identifica una brecha significativa entre el decir y el hacer respecto a la creación de valor de largo plazo basado en los stakeholders, lo que sugiere una falta de definiciones comunes y comprensión de cómo avanzar en los objetivos de la empresa. Los directorios deben ayudar a la administración a demostrar una verdadera consideración de los intereses de los stakeholder al tomar decisiones que afecten la creación de valor a largo plazo de una empresa.
Hoy más que nunca las empresas tienen que demostrar mayor transparencia, responsabilidad y ganarse la confianza de sus clientes y también de sus colaboradores. Las empresas tienen que adoptar principios que aumenten el compromiso de los colaboradores durante la crisis, convirtiéndose en empleadores más atractivos para los miembros Generación Z, que es la que está dando forma a la nueva realidad.
Presidente
Instituto de Directores de Chile