En las últimas semanas hemos visto cómo nuestras vidas han cambiado radicalmente producto de la propagación del COVID-19, crisis que surgió como una noticia generada a miles de kilómetros y que, en poco tiempo, se transformó en una amenaza a la salud de los chilenos.
La llegada del coronavirus a nuestro país no sólo ha implicado un enorme desafío desde el punto de vista sanitario, sino también desde el conjunto de actividades que se desarrollan en Chile. Y la minería no está ajena a estas amenazas.
«La emergencia sanitaria que enfrentamos nos recuerda lo importante que es la capacidad adaptativa, de respuesta y de resiliencia en las organizaciones y sus equipos». – Iván Arriagada, Presidente Ejecutivo de Antofagasta Minerals.
La industria minera en Chile se ha preocupado y ocupado desde el comienzo de esta situación principalmente en tres ámbitos. El primero de todos, y el más importante, es la protección de la salud de nuestros trabajadores, adoptando medidas para disminuir los riesgos de propagación del virus, entre ellas, la reducción de dotación en faenas, controles de salud y fomento al teletrabajo.
Asimismo, para resguardar a las comunidades, hemos disminuido al máximo la circulación de trabajadores. Además, nos sumamos a los esfuerzos locales frente a la emergencia, para lo cual estamos contribuyendo con insumos y equipamiento médico, entre muchas otras acciones definidas con nuestros vecinos y las autoridades.
Por otra parte, la minería es un motor económico de Chile. Frente a la pandemia, nuestros esfuerzos están puestos en operar de forma segura para poder seguir realizando nuestro trabajo. De esta forma, podemos contribuir con recursos para enfrentar esta crisis sanitaria y luego iniciar la recuperación, tanto económica como social.
La emergencia sanitaria ha requerido del trabajo, la planificación y el sacrificio de todos. Hemos avanzando, pero todavía estamos lejos de superar la crisis. Estas semanas han sido un aprendizaje difícil para todos, el que se va a mantener durante los próximos meses.
La emergencia sanitaria que enfrentamos nos recuerda lo importante que es la capacidad adaptativa, de respuesta y de resiliencia en las organizaciones y sus equipos. Hoy vemos como en muchos son capaces de migrar a formas de trabajo diferentes, acelerar cambios antes apenas emergentes y actuar frente a la adversidad y los desafíos comunes en un contexto donde reina la incertidumbre y la ambigüedad.
La empresa es un lugar de colaboración que sirve un propósito social promoviendo que el talento humano se movilice para dar respuesta a los desafíos de cada época, tanto en tiempos de prosperidad como de crisis, como nos toca vivir actualmente. Tengo la convicción de que, si perseveramos y trabajamos juntos, vamos a salir adelante como país y la industria minera será, así como ha sido en otras ocasiones, un aporte importante en la superación de esta crisis y recuperación del país.
Iván Arriagada
Presidente Ejecutivo de Antofagasta Minerals