Durante los últimos meses, el llamado estallido social ha traído asociado una gran cuota de incertidumbre a nivel país. Dicho fenómeno político y social amenaza con sacudir el normal desarrollo de las distintas empresas. Las turbulencias pueden afectar más sostenidamente el nivel de ingresos llevándolo a la baja, mientras que los gastos se disparan al alza, por lo que la relación ingreso/gasto del presupuesto operacional no sería la misma que la originalmente formulada.
Ante el presente escenario, el presupuesto operacional cobra real importancia, pues lo más probable es que la reformulación de esta importante herramienta de control para el año 2020, no consideraba dentro de los supuestos y/o provisiones el impacto financiero que esta convulsión puede traer, particularmente a las pequeñas y medianas empresas.
En la práctica, el presupuesto operacional, es una herramienta de control que debe ser aprobada por el directorio de toda empresa, y que contribuye a agregar valor sostenible en la organización. Es responsabilidad de este cuerpo colegiado, en particular de cada director, su aprobación y control.
El principal atributo de esta herramienta, es que le permite al directorio detectar oportunamente cuando las distintas variables que dan origen al Estado de Resultados muestra desviaciones. Estas pueden ser, como es el caso en cuestión, por pérdidas de ingresos producto de las bajas ventas, -pero hasta donde-, esta baja de ingresos, puede afectar la supervivencia de la organización.
Este hecho fortuito e inesperado, sin fecha de término conocido, que ha afectado la demanda por falta de confianza del consumidor, por pérdidas de fuentes laborales, inutilización de activos, entre otros, han influido en el nivel de venta de muchas empresas. Sin embargo, no ha pasado lo mismo con el gasto, pues por lo general, cuando nos referimos al gasto fijo, este se mantiene casi indiferente ante la baja de los ingresos, por lo que los directores junto a la administración deben analizar los distintos escenarios que se pueden presentar, estudiar y aplicar nuevas estrategias, diseñando un plan de contingencia mientras no se resuelva la pérdida de ingresos. Identificar y gestionar el riesgo, adoptar nuevas políticas y reformular el presupuesto, son obligaciones irrenunciables de los directores, acciones que deben ser informadas a los accionistas, y esbozar bajo escenarios realistas, cuál será el resultado esperado de la sociedad de acuerdo a las actuales condiciones que muestra el mercado interno.
Por otra parte, el directorio debe analizar y agregar las variables exógenas que acarreará la crisis, tanto por efecto del tipo de cambio, tasa de interés, y liquidez, como además la posible restricción al crédito, efectos económicos y financieros que deberán incluirse en el nuevo presupuesto operacional.
En conclusión, esta sencilla pero útil herramienta de control, que deben conocer, aprobar y manejar en profundidad los directores, no debe dejarse de lado en la tabla de los directorios.
Osvaldo Henríquez Orellana
Consultor/Director Independiente (Reg/Sup.AFP)
Alumni IdDC