Hace un par de semanas recibí la noticia que el G-100: Group of a 100 Global Woman Leaders, vinculada al Women Economic Forum, me eligió como una de las 100 líderes mundiales, entre las que se encuentran ministras, ex premios nobeles, filántropas, mujeres del mundo corporativo.
La razón por la que me dieron el premio es porque soy Ingeniera Comercial de la Universidad de Chile, he liderado 25 gerencias desde distintos bancos, formé junto a mi marido mi propia empresa dedicada a las finanzas, formo parte de distintos directorios de empresas y de 13 fundaciones, y corporaciones sin fines de lucro nacionales e internacionales que promueven ante todo la innovación, emprendimiento, superación de la pobreza, optimización de recursos naturales, y por supuesto, el rol de género.
De mis padres he recibido lo mejor que pude tener: una buena educación, pero nada de herencias.
El diario La Segunda, fue el primero en publicar este reconocimiento y de allí comenzaron infinitos llamados desde la prensa: desde diarios especializados en economía, revistas femeninas, revistas sobrevivientes de papel couché, radios de noticias, radios de música, canales de televisión y hasta un sitio mexicano que pidió que le mandara un mensaje de fuerza a las rockeras de ese país, porque si yo podía lograrlo en el mundo de las finanzas en Latinoamérica, ellas podían en el rock.
Para todos la pregunta que importaba en realidad era una sola: por qué una mujer recién egresada de la FEN elegía trabajar en el mundo financiero y no marketing o recursos humanos, lugares femeninos dentro de las empresas.
Lo comenté con una amiga periodista y me dijo que un elemento de la noticia es la rareza: y yo soy rara, rara por ser mujer en un mundo de finanzas. Rara por haber generado mi propio patrimonio. Rara por haber sido jefa de hombres y como muchas mujeres hacer el trabajo de cinco hombres a la vez, porque cuando eres una mujer en un mundo masculino, estás a prueba permanentemente.
En 2004 Michelle Bachelet ocupó portadas por ser la primera mujer en ser Ministra de Defensa y no por su formación por años en esa área. En el 2011 Camila Vallejo por ser la primera mujer Presidenta de la Fech en 102 años y no el cómo llegó hasta allí. O que Izkia Siches fue la primera mujer en presidir el Colegio Médico sin contar su historia gremial y profesional en hospital. En todos nuestros casos, no hemos sido noticia en Chile por nuestras capacidades- en el extranjero sí- si no porque somos mujeres.
Hace poco los chilenos y chilenas elegimos a los miembros de una Convención Constituyente paritaria, pensando siempre quienes la crearon, que era una forma de discriminación positiva hacia la mujer y lo que obligaba por primera vez en las coaliciones a poner a mujeres competitivas. Contra todo pronóstico, los resultados mostraron que en la mayoría de las regiones la paridad terminó beneficiando a los hombres. Es decir, si la convención fuera exactamente como fue votada, serían más mujeres que hombres los que redactarán la próxima Carta Fundamental.
En el mundo de los negocios solo un cupo en los directorios está destinados a las mujeres, sólo para mostrar que se cuenta con ellas, lo que no es suficiente. No es justo para nosotras, para los directorios, ni para las empresas.
Quiero plantear un desafío: quizás si hiciéramos directorios paritarios, por verdaderas capacidades, nos podríamos encontrar en las empresas con la misma sorpresa que en el mundo constituyente. Dicen que Chile cambió y espero que sea realmente que así, que las mujeres dejemos de ser noticia, sólo por ser mujer.
Directora Ejecutiva de VanTrust Capital
Co Fundadora de Chile Converge
G100 Women Economic Forum