Si creíamos que la velocidad de los cambios a los que se enfrentaba la humanidad estaba transitando su récord, la pandemia llegó para mostrarnos que estos pueden suceder aún más rápido, en forma global, integral y simultáneamente. No sólo ha cambiado fuertemente nuestra vida en forma individual, sino también todo tipo de organizaciones, entre ellas la Empresa.
En esa línea, los directorios tienen frente a ellos un contexto extremadamente complejo: la necesidad de implementar rápidos cambios en el modelo de negocio, ya sea para sobrevivir o para capturar la oportunidad, en medio de una aceleración de la transformación digital, una creciente incertidumbre y multiplicidad de crisis, sobre todo de confianza.
¿Cómo han reaccionado los directorios en Chile? No podemos generalizar, ya que existe una gran diversidad de empresas y de tipos de directorios. Sin embargo, se ha dado un proceso que comenzó con una primera etapa de reflexión, donde se intensificaron algunas conversaciones, como la necesidad de la diversidad e inclusión, el desafío de gestionar el corto plazo y el valor en el largo plazo simultáneamente, el cuidado del medio ambiente, la reinversión de las habilidades y modelos de la fuerza laboral y la revisión de las matrices de riesgo.
Asimismo, se instalaron otras conversaciones como la necesidad de no considerar solo a los clientes en el centro del negocio, sino a todos los Stakeholders: los proveedores, contratistas, empleados incluso a las comunidades. La dimensión Social se instaló con fuerza, apareció el concepto de Valor Compartido.
Algunos directorios fueron capaces de revisitar el propósito y sus valores, no solo el modelo de negocio y la estrategia. Tuvieron la valentía de hacerse preguntas difíciles en momentos complejos, reconociendo que no está claro el camino, que no se trata de planes sino de escenarios, que no se trata de llenarse de proyectos, sino más bien favorecer los pilotos, que el concepto de colaboración es clave y que la empresa debe ser ambidiestra, es decir, un correcto mix de eficiencia e innovación
Para poner en práctica esta etapa de reflexión y no quedarse atrás, la clave está en la reconstrucción de la CONFIANZA, y esto requiere fomentar desde el directorio el liderazgo empático, líderes que entiendan que no están a cargo de que el trabajo se haga bien, sino que están a cargo de la personas que deben hacer bien el trabajo. Se necesitan grandes dosis de empatía en la definición más profunda de la palabra.
Cecilia Facetti
Directora de Empresas
Alumni IdDC