Qué duda cabe que las empresas han sido un aliado fundamental para la prosperidad de la sociedad moderna; con sus orígenes en la revolución industrial, la transformación del mundo del trabajo y del capital, acompañado del avance tecnológico, han potenciado el desarrollo de sofisticados modelos de producción de bienes y servicios, logrando crecientes niveles de bienestar de la población y la configuración de un mundo con mayores expectativas de vida y desarrollo para los habitantes del planeta. Es quizás este camino de éxito y de progreso social el que genera las bases para un nuevo desafío para las empresas. Hoy debemos ser más conscientes que antes de la importancia de un desarrollo sustentable. Hacer sostenible la operación y el crecimiento es un imperativo estratégico de toda organización.
Para avanzar en este propósito, las Juntas de Accionistas, los Directorios y en general los equipos de administración y colaboradores de las empresas debemos incorporar, con más fuerza, estrategias y modelos de gestión que logren mayor compatibilidad con el medio ambiente, con las comunidades y en general con una empresa que es totalmente consciente de su rol en la sociedad y de su aporte al bien común. Lo que veo positivo detrás de toda esta tendencia -que ya siguen muchas empresas- es el estímulo que conlleva hacia la necesidad de innovar y de transformar los modelos empresariales, en definitiva, transformar la forma de hacer empresa.
Siempre debemos recordar que las empresas estamos hechas para el cambio. Nos gusta y nos desafía reinventarnos, sabemos ver las oportunidades y sabemos adaptarnos con velocidad y normalmente, de manera efectiva. Un buen ejemplo es lo que las empresas estamos haciendo para enfrentar los desafíos del cambio climático; la incorporación de modelos de economía circular, en muchos casos con bajo o nulo impacto sobre el ecosistema, gracias al reuso de residuos o la autogeneración energética muestran nuestra capacidad de adaptación y aporte a los desafíos contingentes del planeta.
Sin duda queda camino por recorrer, deberemos seguir trabajando en la adaptación de los modelos de gobierno corporativo a los nuevos tiempos, deberemos convencer y mostrar los resultados de la transformación de nuestros modelos de negocio y sobre todo demostrar que el desarrollo económico es totalmente compatible con el cuidado del medio ambiente y un perfecto aliado para las oportunidades y prosperidad de todas las personas.
El reciente lanzamiento de la iniciativa Chapter Zero en Chile, en alianza con la Bolsa de Santiago e EY y con el apoyo del World Economic Forum es un claro ejemplo de la vocación por seguir avanzando y fortaleciendo el rol que tiene el gobierno corporativo, en estos importantes asuntos para la sociedad.
Claudio Muñoz
Presidente del Directorio de Chapter Zero Chile
Director Instituto de Directores de Chile