Si bien el directorio no forma parte del día a día de la función tributaria de una compañía, labor que recae más directamente en el área de Administración y Finanzas, hoy existe bastante consenso que los impuestos son mucho más que una simple línea del balance. En ellos se juega nada menos que una de las principales expresiones de la relación de la empresa con el Estado y la comunidad, y por cierto, la reputación de la primera.
Así lo explica Víctor Fenner, Director Ejecutivo del área de Consultoría Tributaria de EY: “Al directorio cabe primordial responsabilidad en el diseño general de las directrices en que dicha relación se desenvolverá, lo que podemos llamar “política tributaria”. Asimismo, responsabilidad en la supervisión de que el interés patrimonial y reputacional de la compañía se vea resguardado en cada ámbito del ciclo tributario. Por ejemplo, mediante el adecuado conocimiento y monitoreo de contingencias tributarias”, sostiene Fenner.
“Los impuestos son expresión de la relación con la comunidad. Más vale tratarlos como tal”, Víctor Fenner, Director Ejecutivo del área de Consultoría Tributaria de EY.
Por su parte, Fátima Panta, Senior Manager de EY asegura que “a nivel internacional existe una tendencia de que la materia de impuestos forme parte del gobierno corporativo, y por ende estar determinada en conjunto con el directorio, con el objetivo no sólo de cumplir o controlar este aspecto dentro de una organización, sino también de demostrar transparencia de buenas prácticas, así como se suele demostrar en otros ámbitos (ambiental, competencia, entre otros)”.
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«El directorio no puede abstraerse de los numerosos aspectos de gobierno corporativo que entraña la función tributaria, por cuanto de ellos dependerá una importante dimensión del rol social que toca asumir a la empresa” , agrega Víctor Fenner.
Dónde debe poner foco el directorio en materia tributaria
Si bien el directorio tiene la obligación de velar por el interés patrimonial de los accionistas, lejos quedaron los días en que los impuestos se consideraban sólo como un costo a ser reducido. “No cabe duda que deben optimizarse los recursos, especialmente en tiempos difíciles como los que vivimos, pero el directorio por sobre todo debe cuidar que, mediante las diferentes dimensiones de la función tributaria, los stakeholders (entre ellos el Fisco, la ciudadanía), vean en la empresa a un buen ciudadano tributario. Y es evidente que semejante estándar hoy por hoy va mucho más allá de simplemente “cumplir la ley”, explica Fenner.
En este sentido, Fátima Panta sostiene que “es relevante contar con prácticas definidas para hacer frente a situaciones extraordinarias de forma ordenada y objetiva, considerando también que el tema impositivo generalmente está en constante cambio y con más celeridad en tiempos de crisis”.
Recomendaciones para las empresas en materia tributaria
La realidad y complejidad particular de cada empresa desaconsejan la adopción de catálogos o estrategias generales. Dado que los impuestos buscan capturar los rasgos económicos esenciales de cada negocio e industria, la estrategia tributaria dependerá en buena parte de dichos rasgos y sus circunstancias.
Dicho lo anterior, y volviendo al contexto político y social de estos días en pandemia, Fenner aconseja buscar mecanismos para que la función tributaria se integre, converse y agregue valor a las demás funciones y áreas de las empresas (área comercial, fiscalía, TI, etc.). Que tanto el directorio como el management incorporen los impuestos a su agenda como parte de los desafíos de gobierno corporativo.
Política de impuestos en Chile
Pese a que existe una conciencia creciente de la importancia política de los impuestos en una empresa, Fenner asegura que “en Chile estamos en una etapa muy precaria en cuanto al desarrollo de política tributaria al interior de las empresas y grupos empresariales”.
En esa línea, explica que la OCDE ha establecido programas en donde se incentiva la cooperación entre las empresas y los respectivos fiscos, justamente enfocándose en el establecimiento de políticas tributarias.
“En algunas jurisdicciones -notablemente Australia, Reino Unido, Japón y otros- las empresas cuentan con prácticas bastante sistematizadas de política tributaria, partiendo desde una declaración general de valores y principios en la materia, y llegando hasta verdaderos manuales de operación y control que abarcan la totalidad del ciclo tributario (planificación, contabilización, cumplimiento y controversias)”, asegura Fenner. Además, explica que “tales directrices suelen ser públicas, y las administraciones tributarias incluso conceden beneficios a aquellas organizaciones que demuestra la robustez de sus políticas”.
Finalmente, Fenner agrega que “a través de la experiencia internacional de jurisdicciones de estas características, en EY hemos desarrollado modelos, metodologías y tecnologías para adaptarlos a la realidad de cada empresa o grupo. Y es algo que estamos empezando a ver y aplicar en Chile”.
Para más información sobre Tax Agenda de EY escribe a: victor.fenner@cl.ey.com / LinkedIn